Creía en nosotros.


Creía en un nosotros, creía en aquellos días donde nada podía ir mal

Solo éramos tú y yo, combatiendo el mundo
Compartiendo palabras, versos, caricias
Creía en lo que éramos y lo que seriamos
Contigo, no sentía miedo, estaba protegida
Protegida de todo lo que me rodeaba, me abrazabas y todo se sentía de maravilla
Creía en ti, en lo que me hacías sentir, tus risas y tus ganas de vivir.
Tan contagioso, tan ameno, tan tu y tan de nosotros
Tu cuerpo contra el mío, dándome calor, hundiéndonos en un profundo amor en nuestra habitación.
Creía y sabía que las personas llegaban a tu vida para llenártela de magia,
Para enseñarte,
Para que aprendieran de ti,
Aunque no solía ser siempre tan bueno, a veces nos perdíamos tanto en el enojo, en ceños fruncidos y palabras bruscas,
Pero ahí estabas,
Cuando todo se calmaba,
Llenándome,
Calmándome,
Enseñándome
No sabes cuánto me encantabas, porque tú te convertiste en mi magia, en mi refugio, en lo que yo tanto amaba.
Había recreado una vida a tu lado, creyendo que así jamás, te irías
Y suplique y lo intente pero para ti todo había cambiado
Ya no había caricias, ni palabras bonitas, ni versos en atardeceres lleno de sonrisas
Ya no combatíamos el mundo, me dejaste, tan sola, tan perdida.
Ya no creía en ti, todo era una vil mentira, creí hundirme, creí que nunca saldría en este hoyo en el que me habías empujado
Pero no fue así, en tan poco tiempo, me sorprendí escalando raíces, me sorprendí saliendo de aquel lugar oscuro y monocromático en el que me habías tirado.
Ya no éramos un tu y yo, ya no eras parte de mi, aun creía que habías llegado a mi vida, para enseñarme, para llenarme de magia y te quería, no sabes cuánto te quería
Pero ya no me pertenecías, ya no te necesitaba para vivir esta vida a tu lado y qué bueno que hayas decidido irte, que bueno que fuiste tú y no yo, porque sin duda alguna, yo no me hubiese ido.
Creía en ti y en un nosotros, creía que todo se podía vencer, que todo se podia recuperar, intentándolo y no dando marcha atrás, creía en el avance, creía que todo se podía solucionar.
Y me alegro que no hubiese sido así, que bueno que te marchaste.
Qué bueno que pude dejarte ir.  

Comentarios

Entradas populares de este blog

Pensemos BIEN.

Cuatro de septiembre

Irónica monotonía