Pétalos de rosa



Con su esplendor podría opacar un jardín entero,  se le nota tan linda, fresca y lozana que resulta un tanto preocupante. Sin embargo, tiene un toque de hiel esparcido desde la raíz hasta el más pequeño de sus pétalos, y eso la hace peligrosa, peligrosa como un niño de año y medio de vida con un filoso cuchillo; un paso en falso y te puedes lastimar. 

Su aroma te cautiva, te engatusa. Dependiendo de su estado de ánimo te podría recordar un cálido día de otoño, una fresca brisa de verano o una tarde helada de invierno. Al mirarla puede transmitirte la sensación de estar desempolvando la almohada en la que el mismo Dios posa su cabeza mientras se lamenta y a la vez se burla de lo injusto que ha sido con los mortales o la impresión de querer asesinarte con una dosis de cianuro.

Tan imprescindible como estrella fugaz, tan inestable que ha muchos ha de lastimar. Así es, hermosa e inalcanzable.





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