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Mostrando entradas de agosto, 2018

Creía en nosotros.

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Creía en un nosotros, creía en aquellos días donde nada podía ir mal Solo éramos tú y yo, combatiendo el mundo Compartiendo palabras, versos, caricias Creía en lo que éramos y lo que seriamos Contigo, no sentía miedo, estaba protegida Protegida de todo lo que me rodeaba, me abrazabas y todo se sentía de maravilla Creía en ti, en lo que me hacías sentir, tus risas y tus ganas de vivir. Tan contagioso, tan ameno, tan tu y tan de nosotros Tu cuerpo contra el mío, dándome calor, hundiéndonos en un profundo amor en nuestra habitación. Creía y sabía que las personas llegaban a tu vida para llenártela de magia, Para enseñarte, Para que aprendieran de ti, Aunque no solía ser siempre tan bueno, a veces nos perdíamos tanto en el enojo, en ceños fruncidos y palabras bruscas, Pero ahí estabas, Cuando todo se calmaba, Llenándome, Calmándome, Enseñándome No sabes cuánto me encantabas, porque tú te convertiste en mi magia, en mi refugio, en lo que yo tanto ama

Punto de extracción #7

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ENTRENARTE PARA DEJAR  ATRÁS CAPITULO 7 Una bombilla blanca que ilumina la habitación sin dejar una sola esquina a oscuras como si de una mente contenta se tratase, el llanto de un bebe recién nacido corta toda clase de tristeza presente en el área. Una vida que se canjea por otra, una puerta que te lleva a un nuevo lugar dentro de un ciclo incógnito a toda imaginación que a su vez son coreados por lágrimas retumbantes de un chico al final del pasillo, del pasillo b. Clhoe camina buscando a Dilan por toda la instalación hasta finalmente llegar al sitio adecuado donde logra ver el brillo de una ventana por donde va ingresando una enorme ascalapha anunciando la partida de un alma. 15 minutos antes... —No entiendo ¿De qué hablas? — Con una lagrima disimulada recorriendo la mejilla de su rostro. —Hijo, tu vienes de otro vientre... Yo no fui capaz de tenerte por mi cuenta, tu padre es un donante voluntario. Con la mayor tristeza de este mundo

Adicta a la Irrealidad.

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Me volví adicta a ti. Me volví adicta a tus silencios que siempre tienen algo que decir. Me volví adicta a tus ofensas burlonas cada vez que no entendía algo. Me volví adicta a tus preciosas pecas, esas que adornan cada centímetro de tu rostro, esas que complementan el brillo de tus ojos. Me volví adicta a tus anécdotas que hasta tú mismo considerabas aburridas, las cuales yo podría durar escuchando lo que me resta de vida. Me volví adicta a tu voz, alegre o quebrada. Me volví adicta a nuestras llamadas de medianoche donde me contabas tu día. Me volví adicta a que alguien conociera cada parte de mi ser en cada ángulo existente. Me volví adicta a tus ojos color miel, aquellos que desbordan cariño y me endulzaban la vida. También me volví adicta a tus mentiras que ni tú entendías. Me volví adicta a tus olvidos y a tu hiriente indiferencia. Me volví adicta a las púas de tu cuerpo al lastimar mi corazón. Me vo

Punto de extracción #6

QUERIDA AGONIA CAPITULO 6 Estaba sentado frente a la cama, el doctor ya le había advertido, no pasaba de una semana, se quedaría en el hospital para hacerlo menos doloroso para él y porque Henna no quería que su hermana muriese en su casa. Clhoe no se había ido aun, seguía ahí viendo a la madre de Dilan, durmiendo, hacia un pequeño sonido con su garganta. — ¿Quieres que te deje solo? —preguntó la chica rompiendo con el silencio que arropaba aquella habitación. Dilan negó casi rogándole, ver a su madre a medio paso de la muerte lo abrumaba. —Me pidió que le leyera—balbuceo Dilan viendo el suelo, Clhoe lo miraba atenta—No lo hice, no me gusta verla, me abrumó, ver la muerte en sus ojos… me siento ahogado, he vivido toda mi vida así, detesto vivir así…    —Dilan—susurró Clhoe deslizando su mano en el hombro del chico, sin darse cuenta, Dilan estaba ahogándose entre sollozos silenciosos, llenos de pena, de rencor, de dolor y de rabia. Clhoe no supo qué hacer, era la p

Punto de extracción #5

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Un paso a la muerte CAPITULO 5 — ¡Dilan! —un grito desgarrador levantó de un sobresalto al chico que no había dejado de correr. Salió corriendo tropezando con algunas cosas que estaban en suelo y entró en la habitación de su madre quien se encontraba sentada en la cama, parecía una escena siniestra de crimen, de su nariz salía sangre, que se deslizaba por su boca, hasta llegar a su camisa, la sabana que ese mismo día había cambiado estaba lleno de un charco de sangre, Dilan se acercó a zancadas y ayudó a su madre lentamente para no hacerle daño.  — ¿Qué pasa? —preguntó Dilan nervioso, era la primera vez que veía que su madre sangraba tanto, la ayudó a quitarse la camisa y se la puso sobre la nariz, la piel tenia pequeñas manchas azules, le había salido hace ya unos meses indicando que estaba a punto de terminar con su tortura. Henna se asomó por la puerta viendo aquella escena, no podía ver tanta sangre, nunca la había tolerado. — ¿Qué quieres que haga? —gritó desd

Punto de extracción #4

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Corre, grita, se libre CAPITULO 4 —Estoy tan cansada—dijo Clhoe — ¡Si, yo también! —continuo su madre—Y eso que la que menos cajas cargó fui yo. —Te pasaste de lista, cariño—dijo su marido levantándose de la mesa—Lo que nos llevamos el merito es Dilan y yo… — ¡Hey! —se quejó Clhoe— ¡Mira mis manos, papá, míralas!    Las manos de la chica estaban magulladas e hinchadas de las cajas y del equipaje que cargó, Dilan la veía con curiosidad, era como un mundo desconocido, podía ver que su mirada guardaba secretos, como él. —Hija, tienes razón, mi error—dijo su padre acercándose a Clhoe y dejando un casto beso en su frente, la chica sonrió. —Creo que debo irme—dijo Dilan, sintiéndose incomodo con aquella demostración y se sintió culpable por tener aquellos sentimientos de celos. — ¡Pero si es temprano todavía! —se quejó Edward viéndolo. —Lo sé—respondió Dilan levantándose de la mesa—Pero tengo cosas que hacer.